Curry y los Warriors quieren seguir soñando
Los Warriors se resisten a dar carpetazo a su dinastía. Tras una temporada repleta de polémicas, lesiones y decepciones en la pista, Golden State ha enderezado el rumbo y este jueves sometió a los New York Knicks por 99-110 con Stephen Curry al mando de las operaciones. Febrero ha sido un mes fantástico para los de Steve Kerr, que se han lucido con un enorme 11-3 para hacerse hueco al menos en el ‘play-in’ del Oeste (31-27 de balance).
Por el camino han recuperado a Chris Paul, Draymond Green se ha centrado, Klay Thompson ha asumido su rol de revulsivo desde el banquillo y Jonathan Kuminga ha dado el paso al frente que se le pedía. Pero todo eso es insuficiente si Curry no saca la varita mágica y el líder de los Warriors consiguió ante los Knicks 31 puntos (11 de 26 en tiros de campo, 8 de 18 en triples) y 11 rebotes.
El Madison Square Garden le trae excelentes recuerdos a Curry. Ahí deslumbró en 2013 con 54 puntos y también la cancha neoyorquina fue en 2021 el escenario en el que se convirtió en el jugador con más triples en la historia de la NBA. Al lado de Curry destacó esta noche Kuminga con 25 puntos y 8 rebotes. Thompson sumó 16 puntos en la segunda unidad.
Andrew Wiggins se perdió su segundo partido consecutivo con los Warriors por razones personales. El español Usman Garuba se quedó fuera de la convocatoria. Por su parte, los Knicks siguen siendo un equipo con asterisco: parecen un rival temible para el ‘playoff’ del Este, pero las lesiones de Julius Randle, OG Anunoby y Mitchell Robinson les están lastrando muchísimo.
Así, tras su imponente 14-2 en enero y su prometedor cierre de fichajes, los Knicks se han estrellado en febrero con un triste 4-8 (35-25, cuartos en el Este) y ya miran por el retrovisor a unos Miami Heat que aprietan el acelerador. Jalen Brunson encabezó a los Knicks con 27 puntos. Josh Hart aportó 14 puntos, 18 rebotes y 7 asistencias y solo descansó 50 segundos en todo el encuentro.
Curry marca el ritmo
La sensación de que este no era un partido más (gran ambiente en el Madison Square Garden, retransmisión a escala nacional en EE.UU.) se percibió de maravilla con el serio arranque de los Warriors: 0-9 de salida, dos triples de Curry y tiempo de Tom Thibodeau cuando solo se habían jugado dos minutos.
De nada sirvió el parón, ya que a la vuelta Kuminga puso un gran tapón a Isaiah Hartenstein y un Curry encendido clavó su tercer triple en menos de tres minutos de encuentro.
La sequía local pasó de sorprendente a muy preocupante puesto que no metieron su primera canasta, por cortesía de Donte DiVincenzo, hasta que el reloj marcaba 6.34 en el primer cuarto (2-14).
El estreno de los Knicks en el casillero no cambió su estado de ansiedad en ataque, con una larga sucesión de errores, pérdidas de balón y decisiones sin sentido.
Con todo ello y teniendo en cuenta que los Warriors llegaron a tener un +17, que el marcador fuera de ‘solo’ 19-31 al terminar el primer cuarto casi fue un alivio para los locales, que sufrieron a un hiperactivo Curry con 11 puntos y 7 rebotes. El ritmo del partido bajó en el segundo cuarto, afectado también por algunas decisiones arbitrales que enfadaron a los dos equipos.
La defensa visitante seguía muy firme y, en general daba la impresión, de que los Warriors tenían margen para meter una marcha más cuando los Knicks, tímidamente, amenazaban con acercarse. Ahí por ejemplo destacó Kuminga tirando de potencia en la zona.
Después de una tonta falta de Green que le dio tres tiros libres a DiVincenzo casi sobre la bocina, los Knicks consiguieron aterrizar en el descanso con un -9 (46-55) a pesar de los 17 puntos y 10 rebotes de Curry. Esta era la segunda vez en toda su carrera que el base llegaba a 10 rebotes en la primera parte.
Otra vez volvieron del vestuario dormidos los Knicks, que por poco se descuelgan del partido cuando los Warriors alcanzaron un +17 en el ecuador del terce cuarto que parecía presagiar una sentencia. Pero los neoyorquinos reaccionaron. Sacaron la garra que les ha hecho muy peligrosos esta campaña, ajustaron su defensa y se entregaron a un Brunson que brilló con 13 puntos en ese cuarto (70-80).
Con Curry tomándose un respiro, Paul y Thompson tomaron las riendas y abrieron un +15 en el arranque del último cuarto, pero los Knicks respondieron con un parcial de 7-0 con Miles McBride al volante (79-87 con 9.38 para el final).
Cuando Curry volvió a la pista con 6.35 por jugarse, los Warriors se habían metido en un lío (85-89). Pero entre Kuminga y Brandin Podziemski encadenaron tres canastas con adicional que dejaron tocado el ánimo de los locales (97-87 a falta de 3.37). Solo faltaba la firma al triunfo y de eso se encargó, quién si no, Curry con dos triples seguidos.