Luiz Henrique florece lejos del Villamarín
En algún ordenador de la Ciutart Esportiva, hay un informe del departamento de scouting del FC Barcelona que recomienda el fichaje de un extremo zurdo muy prometedor y habilidoso del Fluminense llamado Luiz Henrique. Sin embargo, en el verano de 2022, el club blaugrana se decantó por cerrar a Raphinha (Leeds Uniteds) por 57 millones de euros, mientras que el canterano del Tricolor carioca se iba al Betis, por una inversión mucho más modesta de 10 ‘kilos’.
Que Luiz Henrique tenía madera de buen jugador, con una calidad individual por encima de la media, se sabía desde hacía años. Sin embargo, su frustrante paso por el Benito Villamarín, un emplazamiento perfecto para catapultar a jóvenes promesas canarinhas, puso en tela de juicio su evolución y su carrera.
En enero, apareció el magnate estadounidense John Textor, que pagó 16 millones de euros para rescatarlo. Lo colocó en el Botafogo, paso previo antes de recalar, en teoría en enero de 2025, en el Oympique de Lyon.
Todo apuntaba a una operación de riesgo con final muy incierto. A Luiz Henrique le sentó de maravilla regresar a Río de Janeiro, donde está firmando un año soberbio. Se ha convertido en el futbolista más desequilibrante del fútbol sudamericano.
En 44 partidos oficiales con el Fogao, lleva nueve goles y cuatro asistencias. Es el nombre clave del éxito del tradicional equipo carioca que va en busca de un doblete inédito: el Brasileirao, que no conquista desde 1995, y la Copa Libertadores, un título prohibido y donde ya está en semifinales (se medirá al Peñarol).
Y, consecuencia natural, de su reencuentro como futbolista fue la convocatoria para la Seleçao, que nadie en Brasil se tomó como una extravagancia de un técnico tan pragmático y dado a pocos fuegos artificiales como es Dorival Junior.
Luiz Henrique, que ahora cuenta con 23 años, se está saliendo con Brasil. Ya apuntó muy buenas maneras en septiembre, ante Ecuador y Paraguay, y, ahora, en esta última fecha FIFA, se ha desatado en los partidos de clasificación para el Mundial 2026.
Marcó el gol del triunfo de la Seleçao en Chile (1-2) con una extraordinaria jugada individual en el minuto 89, en la que mostró todas sus virtudes: dribling, técnica individual, verticalidad y poder de finalización. En ese mismo encuentro, su compañero en el Botafogo, Igor Jesus, que le ha comido la tostada a Endrick y se ha confirmado como el ‘9’ titular, había abierto el marcador.
Siguió como suplente. Y contra Perú, en Brasilia, esperó pacientemente su oportunidad. Raphinha, que es el sheriff de esta canarinha, pavimentó el triunfo con dos penaltis transformados, que ratificaron su liderazgo incontestable.
Pisó el césped del Estadio Nacional Mané Garrincha en el minuto 69… dos minutos después asistió a Andreas Pereira en el 3-0, y, en medio de la tormenta perfecta, marcó el 4-0 de jugada individual en el 74, con su colega Igor Jesus empezando la jugada.
En estas últimas horas, la prensa brasileña ha coincidido en pedir su titularidad para la fecha FIFA de noviembre en lugar de un Savinho demasiado errático en el flanco derecho. Entonces, Brasil tendrá dos rivales de más entidad: Venezuela, en una salida complicada en Maturín (donde Argentina solo pudo arrancar un 1-1 la semana pasada) y un clásico, en Salvador, contra Uruguay que vive en una guerra civil con el Loco Bielsa.
Antes, Luiz Henrique habrá disputado con el Botafogo las semifinales continentales contra el Peñarol, donde es muy favorito para alcanzar la final de la Libertadores, lo que solo ha logrado en dos ocasiones en su historia, en 1963 y 1973. Y, en el Brasileirao, vivirá jornadas decisivas para ver si aguanta o no su candidatura al título.