Fútbol Internacional | Brasil, nuevo cementerio de estrellas del fútbol mundial
El 2018 fue un año histórico para el fútbol sudamericano. Se contará siempre la leyenda del interminable ‘Superclásico’ que definió la Copa Libertadores, igualado 2-2 en La Bombonera y sin disputarse en El Monumental por el ataque de hinchas de River Plate al bus de Boca Juniors. Reuniones, burocracias e intereses pasaron por las oficinas de la Conmebol hasta determinarse que el 9 de diciembre de aquel año se jugara en Madrid la gran final, casi a partido único al no contar los goles del visitante en la ida como fórmula de desempate.
Juan Fernando Quintero escribió en letras doradas su nombre con el golazo que definió el título para el ‘Millonario’, poniendo al fútbol del continente en la ventana mundial como otrora sucedía. Pero, desde entonces, el desquilibrio fue total. De 2016 a aquel año, tres países diferentes levantaron la Copa (Nacional de Colombia, Gremio de Brasil y el mencionado River). Desde 2019 en adelante, sin embargo, el campeón resultó siempre ser del país del Pico da Neblina, la feijoada y los cracks. El monopolio es absoluto, abonándose a transferencias millonarias y el fichaje de futbolistas de Europa a su campeonato.
CAPITAL PRIVADO Y SALARIOS ALTOS
El Brasileirão ha reformulado el mercado, caracterizado siempre por formar futuros talentos de exportación a los grandes de Europa. Su misión ahora mutó para atraer grandes nombres de la élite del fútbol a su país. La capacidad para pagar salarios que pueden igualar o mejorar las grandes ligas -o el poco competente campeonato saudí- resulta determinante en el aterrizaje de nombres que llenan estadios. El último de ellos, Memphis Depay, ya fue anunciado oficialmente como jugador del Corinthians tras quedar libre desde el Atlético de Madrid.
Su liga, dominada por las SAF (Sociedades Anónimas de Fútbol) desarrolla un formato de libre capital privado para la administración de clubes. De ahí el ofrecimiento de salarios estratosféricos a futbolistas que llegan en calidad de agente libre o cedidos asumiendo parte de su sueldo. Así firmaron Philippe Coutinho y Dimitri Payet (Vasco da Gama), Hulk (Atlético Mineiro) Thiago Silva y Marcelo (Fluminense), Martin Braithwaite y Diego Costa (Gremio), Felipe Anderson (Palmeiras), Lucas Moura (Sao Paulo), Alex Sandro y David Luiz (Flamengo), todos mayores de 30 y con sus mejores años en Europa ya escritos en tinta seca.
Reconocido mundialmente por su talento nacional, al fútbol de Brasil ahora también se le asociará con las viejas glorias que van a su cobijo para untar sus últimas pinceladas de fútbol. Un cementerio de estrellas en ciernes, antes ligado a la producción pura de la picardía sudamericana y hoy también a campeonatos como la MLS, la Süperlig turca o la Saudi Pro League.