Así se construyeron los Boston Celtics, flamantes nuevos campeones de la NBA
Boston Celtics sacó la escoba a pasear y (casi) barrió a los Mavericks de Luka Doncic en las finales de la NBA, proclamándose así como nuevos campeones de la mejor liga de baloncesto del mundo. El proyecto alcanza su cenit tras más de un lustro peleando por el tan ansiado trofeo Larry O’Brian, un camino lleno de obstáculos y retos que se convierten ahora en dulces recuerdos.
Un 4-1 que refleja la clara superioridad de los verdes en esta eliminatoria, un equipo construido única y exclusivamente para alcanzar la gloria absoluta.
LA DERROTA DE 2022, UN APRENDIZAJE
Recordemos que estos Celtics de Tatum y Brown llegaron a las finales en 2022, aunque acabaron pecando de inexperiencia ante los últimos ‘latigazos’ de la dinastía de los Golden State Warriors, con Curry, Thompson y Green cerrando el círculo de la mejor manera, con el cuarto anillo en ocho temporadas. Unos años antes, en 2018, se quedaron a una victoria de frenar a LeBron de lograr su octava final de la NBA consecutiva, aunque esos Cavaliers todavía eran superiores gracias a ‘King James’.
Los Celtics supieron madurar y buscar una nueva identidad tras esa dolorosa derrota hace dos temporadas. El primer gran cambio (obligado) llegó en los banquillos. Tras conocerse la relación sentimental de Ime Udokah con una trabajadora del club, el GM y ex entrenador del equipo Brad Stevens pasó página y depositó sus confianzas en Joe Mazzulla, que llevaba años como asistente en el TD Garden.
DECEPCIÓN.. Y GIRO DE 180 GRADOS
El primer año del nuevo técnico jefe acabó con aires de cierta decepción entre los aficionados. Claros favoritos de nuevo a alcanzar las finales de la NBA en la Este y como ya sucedió en la ‘burbuja’ de 2020, Boston perdió en finales de conferencia ante Miami Heat, que pese a ser una de las mayores cenicientas jamás vistas en la liga, con un Jimmy Butler en modo ‘dios, era un equipo claramente inferior al de Mazzulla. La derrota en el séptimo y definitivo partido causó revuelo en los despachos del Garden, con Stevens rompiendo los esquemas del equipo. Todos sabían que había que mover ficha y dejar el pasado atrás, y así fue.
CAMBIO DE RUMBO EN EL PROYECTO
Marcus Smart, eterno capitán del equipo en la pasada década, fue traspasado en verano de 2023 junto a Grant Williams, otro ‘soldado’ que había tenido un rol importante en la rotación. Ambos jugadores, que eran ‘favoritos’ de la parroquia verde, se fueron para dar un giro de 180 grados al proyecto. Otros como Malcom Brogdon (sexto hombre del año en 2023), Gallinari, Blake Griffin o Robert Williams también hicieron las maletas. En su lugar llegaron Jrue Holiday y Kristaps Porzingis, que a la postre han sido capitales para la consecución de este 18o anillo de campeón.
El primero llegaba con garantías plenas tras su exitoso paso por Milwaukee, mientras que el letón ofrecía un abanico de jugadas completamente nuevo en el ala-pívot, tal y como demostró en el primer partido de las finales ante Mavericks, quizás su mejor actuación en unos play-offs.
Su impacto este curso 23/24 es innegable, sin desmerecer otros que ya estaban en nómina como Derrick White, uno de los mejores ‘anclas’ de toda la NBA’, y el eterno Al Horford, que tras 17 temporadas de servicio, ya puede decir que es un campeón de pleno derecho.
Otro de los movimientos clave fue apostar firmemente por Jaylen Brown la pasada ‘offseason’, al que Boston convirtió en el mejor pagado de toda la liga con una super extensión de contrato de 303.7 millones de dólares. En medio de toda rumorología por romper la pareja de los ‘Jays’, a Celtics no le tembló el pulso. El proyecto seguía en pie.
MÁS DE UNA DÉCADA CONSTRUYENDO
Boston ya es el equipo más laureado de la historia de la NBA y, al fin, culmina la obra que empezó hace ya más de una década. La última vez que los Celtics alcanzaron la gloria fue en 2008 cuando, capitaneados por el eterno trío Garnett, Allen y Pierce, vencieron a los Lakers de Kobe y Pau en unas finales épicas y que dos temporadas más tarde se repetiría en favor de los oro y púrpura. La resaca del anillo del 08′ no acabó de sentarle bien a ese proyecto, y en 2013 se decidió traspasar a unos ya muy veteranos KG y ‘The Truth’ a Brooklyn. El por entonces propietario de Nets, Mikhail Prokhorov, tiró la casa por la ventana y dio, entre otros muchos jugadores, tres primeras rondas a Celtics, que más tarde acabarían cimentando la base de un proyecto ganador como el de hoy en día.
Esos ‘picks’ se transformaron en Jaylen Brown (2016) y Jayson Tatum (2017), los dos líderes de este Boston que ya puede decir que ha roto una sequía de 16 años, dieciséis largas temporadas sin poder decir eso de «World Champions». En el otro lado de la moneda, ese traspaso fue el primer clavo en el ataúd de Brooklyn , que acabaría hundiéndose con jugadores inservibles y sin rodas de Draft para el futuro. Todavía hoy en día se arrepienten de ello.
El trofeo Larry O’Brien vuelve a Boston, capital mundial del deporte, ciudad que disfrutó durante casi dos décadas con los Patriots de Tom Brady y que lo hace ahora con un equipo que apunta a dominar la liga los años venideros. Por lo que a su conferencia respecta, se antoja difícil que no vuelvan a ser favoritos para llegar a las finales el próximo curso 24/25. A los 76ers de Embiid y a los Bucks de Antetokounmpo les queda mucho trabajo por hacer en la pizarra para competirle en una serie de siete partidos a Celtics. Proyectos en pleno crecimiento como Magic, Pacers o Knicks, con estrellas jóvenes como Banchero, Haliburton o Brunson, a priori necesitan todavía ese ‘plus’ de talento.
El conjunto de Brad Stevens y Mazzulla tiene una base de jugadores sólida para pelear por el ‘back to back’, un hito que no consiguen desde las temporadas 1968 y 1969, en la era dorada de la franquicia con Bill Russell a los mandos.
JAYLEN, MVP
Jaylen Brown fue elegido como MVP de las Finales NBA ganadas por los Boston Celtics contra los Dallas Mavericks, promediando 20.8 puntos, 5.4 rebotes y 5.0 asistencias, con un 44% en tiros de campo.
«Fue un trabajo de equipo, lo comparto con mis hermanos, con Jayson Tatum que estuvo conmigo todo el camino» afirmó el escolta tras recibir un premio que lo coloca en un olimpo privilegiado de la NBA.
Muchos dudaron de la pareja de los ‘Jays’. Aseguraban que, para que Celtics volviera a alcanzar la gloria, debían romper esa pareja. Que no valían. Que no eran ganadores. En los despachos no dudaron ni un segundo de que ellos eran los elegidos para devolver a esta franquicia donde se merecía. Y, como sucede en muchas ocasiones, el inexorable paso del tiempo ha sido quien ha acabado dictando sentencia y despejando todas las dudas. Brown y Tatum ya tienen un anillo de campeón en sus manos, algo que leyendas como Charles Barkley, Allen Iverson, Reggie Miller o Pat Ewing, todos ellos leyendas de esta liga, nunca pudieron lograr. Boston ya se prepara para una fiesta descomunal en sus calles.