¿220 millones tirados a la basura?
Quedan pocas palabras para definir el inicio de temporada de Philadelphia 76ers, un equipo que en verano algunos vaticinaban como posible ‘contendiente’ al anillo de campeón y retador al trono de Boston Celtics. Ahora, tras prácticamente un mes de competición, ostentan el peor balance de toda la liga y son el ‘hazmerreír’.
Los de Pensilvania sumaron otro fracaso más en la segunda fecha del ‘In Season Tournament’, perdiendo ante Memphis Grizzlies (117-111) un partido que tenía que ser un antes y un después en este calamitoso arranque de campaña. De hecho, era el debut oficial del nuevo ‘Big Three’ de Sixers formado por Embiid, Maxey y el recién incorporado Paul George, alero que fue el fichaje del año meses atrás y que ya oposita al ‘fiasco’ del año tras una nueva lesión, la segunda.
El peor equipo de la NBA
La derrota de los pupilos de Nick Nurse coloca a los de ‘Philly’ en el último puesto de la tabla en la Conferencia Este con un récord de 2-12, un pozo en el que viven instalados desde hace varias jornadas y en el que tienen el dudoso honor de competir con franquicias como Wizards o Raptors, candidatas a los puestos altos del próximo Draft. Nadie ha ganado menos partidos y ha perdido más que estos 76ers, que acumulan una racha de 5 derrotas seguidas.
Lo peor es que no se vislumbra un horizonte demasiado prometedor. Ante Grizzlies volvió Tyrese Maxey (discreto, 8 puntos en 20 minutos) después de casi dos semanas fuera por lesión y Embiid, el jugador franquicia, firmó un gran partido con 35 unidades y 11 capturas, pero las malas noticias llegaron con el tercero en discordia. Paul George está de nuevo entre algodones tras su segunda lesión en lo que llevamos de año, otra hiperextensión de rodilla, la misma que sufrió en pretemporada, el enésimo revés del proyecto Daryl Morey.
George, el chico de los 200 millones, otra vez lesionado
Al alero californiano le hizo un ‘extraño’ su rodilla derecha en una acción aislada en el tercer cuarto del choque ante Grizzlies. George saltó a puntear un balón y al coger el rebote aterrizó mal en el suelo y se hizo daño en la misma zona que hace un mes ya lo dejó en el dique seco. El pasado 14 de octubre también se ‘hiperextendió la rodilla’ ante los Hawks en pretemporada y se perdió los primeros 6 partidos oficiales. Ahora vuelve a sufrir la misma lesión, unas noticias que han sentado como un jarro de agua fría en la franquicia de Phildelphia, que este verano asaltó la banca en agencia libre y contrató los servicios de Paul George con un contrato de 212 millones y 4 temproadas.
A sus 34 primaveras, este fichaje era una apuesta muy arriesgada de unos Sixers que soñaban con encontrarse la mejor versión física de uno de los mejores anotadores de la pasada década. Un buen PG como ‘tercera espada’ del equipo por detrás de Embiid y Maxey, el dúo sacapuntas de Nurse, era suficiente para soñar a lo grande y tratar de competir a Boston, Knicks o Cavs en la zona noble de la Conferencia Este. Con un balance de 2-12, es imposible que los 76ers remonten su nefasto récord y lleguen al Top-3; el objetivo más realista es centrarse en alcanzar los puestos de play-in. Por suerte, en su conferencia estos puestos no están igual de ‘caros’ que en la Oeste.
En cualquier caso, este nuevo contratiempo de Paul George no ha pasado desapercibido en redes sociales, con muchos aficionados avisando que «sus rodillas están acabadas», augurándole un mal futuro al recién formado matrimonio entre jugador y equipo. Recordemos que el alero ha sido una de las estrellas más castigadas por las lesiones en el último lustro de la NBA: en las últimas 5 temporadas en Clippers superó tan solo una vez los 56 partidos. En la actual 24/25 acumulaba unos promedios de 16.7 puntos y 5.1 asistencias.