17 años de cárcel por corrupción
El exvicepresidente de la Asociación China de Fútbol (CFA) Wang Dengfeng fue condenado a 17 años de cárcel por malversación y sobornos, un nuevo golpe en la campaña anticorrupción emprendida contra las autoridades balompédicas del país, informa este martes el diario oficial China Daily.
Wang también deberá pagar una multa de 5 millones de yuanes (695.000 dólares, 648.000 euros) tras aprovecharse de sus puestos en la CFA y en el Ministerio de Educación -donde fue director del Departamento de Educación Física, Sanitaria y Artística- para obtener favores.
Según el tribunal, Wang utilizó su posición en el Ministerio para malversar más de 44,9 millones de yuanes (6,2 millones de dólares, 5,8 millones de euros) en fondos públicos, y la vicepresidencia de la CFA para ayudar a asociados a obtener contratos para proyectos y eventos.
A cambio, recibió unos 9,66 millones de yuanes (1,3 millones de dólares, 1,2 millones de euros) en propiedades. Wang, contra quien se inició la investigación en agosto de 2022 y que fue detenido en febrero de 2023, confesó los delitos y devolvió los fondos y las propiedades que había malversado, por lo que recibió una pena más indulgente, apunta China Daily.
En los últimos años, las autoridades chinas han detenido o iniciado investigaciones contra el presidente de la Superliga de fútbol, el director adjunto de la Administración General del Deporte e incluso contra Li Tie, exseleccionador nacional y antigua estrella del fútbol chino que llegó a jugar en el Everton inglés.
Li, con quien se destaparon a finales de 2022 estas investigaciones, fue acusado de delitos de corrupción, entre ellos el de soborno. El pasado mes de octubre, la CFA escogió como nuevo presidente a Song Kai, quien, ante los casos de corrupción que salpicaban a la institución -incluido su presidente entre 2019 y 2023, Chen Xuyuan, quien afronta un juicio por aceptar más de 11 millones de dólares en sobornos, entre otros cargos-, prometió hacerla «más abierta y transparente».
Tras su llegada al poder en 2012, el actual secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente del país, Xi Jinping, comenzó una campaña anticorrupción en la que numerosos altos cargos chinos han sido condenados por aceptar sobornos millonarios.